Problemas del sueño en la infancia

INTRODUCCION

Dentro de los cuidados del niño, los padres descubren la importancia del sueño cuando observan cómo la calidad y la cantidad del sueño en sus hijos puede llegar a afectar al bienestar de toda la familia.

El ser humano invierte, por término medio, un tercio de su vida en dormir. Dormir es una actividad necesaria, porque con ella se restablece el equilibrio físico y psicológico básico de las personas. El sueño, pues, juega un papel fundamental en el desarrollo y el bienestar infantil. Favorece los procesos de atención y memoria, ayuda en la consolidación del aprendizaje y promueve un mejor comportamiento.

La duración del sueño nocturno varía en función de la edad, estado de salud, estado emocional y otros factores.

Su tiempo ideal de sueño es aquel que le permita realizar las actividades diarias con normalidad.

Por tanto, un sueño inadecuado por calidad y/o cantidad puede afectar significativamente el funcionamiento de los niños.

Puede alterar el comportamiento y el estado de ánimo, causar sueño (somnolencia) durante el día y muy probablemente problemas de aprendizaje y del desarrollo mental, y por tanto peor rendimiento escolar.

¿CUANDO SE HABLA DE TRANSTORNOS DEL SUEÑO?

Hablamos de trastornos de sueño cuando:

  • Los problemas de sueño de su hijo (alteraciones del humor, dificultad para concentrarse, somnolencia durante el día, cansancio físico y mental, estado general de tensión y ansiedad) afectan de forma significativa su vida diaria.
  • El problema de sueño está afectando la relación padres- hijo, la relación de toda la familia o sus relaciones sociales y escolares.

TRANSTORNOS DEL SUEÑO MÁS FRECUENTES EN NIÑOS.

1. DISOMNIAS

1.1 Extrínsecas:

– Trastorno ambiental del sueño: alteración del sueño producida por un factor del entorno (ruido, luz, temperatura) que lo impide o dificulta.

– Trastorno del establecimiento de límites: alteración del sueño del niño caracterizada por el rechazo a irse a la cama en el momento adecuado, con fallo por parte del cuidador en el modo de inducir al niño a hacerlo.

– Trastorno de las asociaciones al inicio del sueño: se produce cuando el sueño se altera por la ausencia de un objeto o circunstancias que el niño asocia con el inicio del sueño. El problema se acentúa cuando se asocia el inicio del sueño con la actuación o presencia del adulto.

1.2 Trastornos del ritmo circadiano.

– Retraso de fase de inicio del sueño: trastorno del ritmo circadiano del sueño con incapacidad de conciliarlo a horas convencionales, lográndolo más tarde, con dificultad para despertarse a las horas convencionales.

2. PARASOMNIAS

1. Del despertar

– Despertares confusionales: estado de confusión, con desorientación temporo-espacial al despertar, generalmente de sueño profundo, en la primera mitad de la noche. Ocurren en niños menores de 5 años y el curso es generalmente benigno.

– Sonambulismo: Es un trastorno del sueño muy común en niños en edad escolar. Generalmente es benigno y se resuelve con la edad, sin necesidad de ningún tratamiento.

Durante los episodios de sonambulismo, el niño se levanta de la cama y camina sin ser completamente consciente de lo que le rodea. Las acciones que puede llegar a realizar varían desde sentarse dormido en la cama hasta caminar y correr muy agitado. El niño sonámbulo también puede realizar tareas complejas como abrir puertas cerradas con llave, sacar alimentos de la nevera y comer, bajar las escaleras, salir de casa e incluso hacer cosas más extrañas como orinar dentro de un armario. Durante los episodios, mantiene los ojos abiertos y puede murmurar o dar respuestas ininteligibles o carentes de significado. Es difícil despertarle y raramente recuerda lo sucedido al día siguiente.

Cuando el niño está sufriendo un episodio, se debe intentar no despertarlo, porque puede provocar que se agite aún más.

Durante los episodios de sonambulismo hay que conducir al niño de vuelta a la cama hablándole con un tono calmado y relajado. Si el niño se enfada o molesta al intentar que vuelva a la cama, dejar que el episodio transcurra, evitando únicamente que el niño se haga daño.

– Terrores nocturnos: Es un trastorno del sueño que se parece a una pesadilla con la salvedad de que es mucho más espectacular.

El niño, estando dormido, se incorpora bruscamente en la cama gritando o llorando, alterado y agitado. Muestra un comportamiento de miedo intenso (respira muy deprisa, suda, tiene taquicardia y las pupilas dilatadas) como si estuviera ocurriendo algo muy grave. Mantiene los ojos abiertos, con la mirada fija en alguna parte, pero no ve, y parece que tampoco oye lo que se le dice en ese momento, ya que el niño, aunque no lo parezca, permanece dormido. El episodio dura unos minutos y termina de manera espontánea con el niño volviendo a dormir. Al igual que en el sonambulismo, el niño no responde a estímulos externos y no suele recordar el episodio.

Durante los episodios de terrores del sueño los padres no deben interferir. La respuesta normal de los padres será intentar confortar al niño.

***El sonambulismo y los terrores del sueño por sí mismos no comportan ningún riesgo para la salud; sin embargo, el niño sonámbulo, durante los episodios, puede llevar a cabo actuaciones potencialmente peligrosas para él o para otros. Los padres pueden tomar también algunas medidas para aumentar la seguridad y evitar que el niño se lesione durante los episodios:

  • Cerrar con seguro puertas y ventanas, con mecanismos que no utilicen habitualmente los niños, y no sólo en la habitación del niño, sino también en el resto de la casa.
  • Esconder las llaves de los vehículos.
  • Evitar que el niño duerma en literas o camas altas.
  • Mantener los objetos peligrosos fuera de su alcance.
  • Retirar de alrededor de la cama los objetos afilados o que puedan romperse.
  • No dejar trastos en las escaleras o en el suelo para prevenir que el niño se tropiece.
  • Se pueden colocar alarmas o campanillas en la puerta de la habitación del niño que alerten a los padres si éste sale de la habitación.

2.2 De la transición sueño- vigilia

– Movimientos rítmicos del sueño: Son movimientos rítmicos que se repiten sin variar y que afectan a determinadas partes del cuerpo como cabeza, extremidades o  todo el cuerpo.

El niño las realiza mientras se está quedado dormido.

En la mayoría de los casos comienzan cuando el niño tiene menos de un año y desaparecen a medida que el niño crece.

Los movimientos que se observan más frecuentemente son:

  • Head Banging: El niños está boca abajo y golpea con la cabeza la almohada de forma repetitiva hasta que se duerme.
  • Head Rolling: Movimiento de la cabeza hacia los lados.
  • Body Rolling: Movimiento hacia los lados de todo el cuerpo.
  • Body Rocking: Movimiento de balanceo de todo el cuerpo estando el niño apoyado sobre manos y rodillas.

Se cree que los realizan para relajarse y como ayuda para quedarse dormidos.

Lo habitual es que estos niños no requieran ningún tipo de tratamiento. El aspecto más importante es tranquilizar a la familia insistiendo en la naturaleza benigna y limitada del cuadro.

Medidas de seguridad para evitar que el niño se haga daño:

  • Apretar todos los tornillos de la cuna.
  • Poner chichoneras en las cunas.
  • Poner barras protectoras en las camas.

– Somniloquia: Emisión de palabras o sonidos durante el sueño sin conciencia subjetiva del evento.

2.3 Asociadas al sueño REM

– Pesadillas: Son ensoñaciones largas, elaboradas, complejas, con aumento progresivo de sensación de terror, miedo o ansiedad. Típicamente el niño se despierta muy asustado y totalmente alerta y describe con detalle que ha tenido un sueño muy angustioso y aterrador. Se diferencian de los terrores nocturnos en que mientras con los terrores nocturnos el niño no recuerda nada del contenido del sueño, con las pesadillas ocurre lo contrario, lo recuerda todo, puede relatarlo como si realmente lo hubiera vivido. En algunos casos el niño cree que lo que ha soñado es real. Después de despertarse el niño continúa teniendo miedo, con dificultad para volver a dormir.

Se desconoce qué es lo que las provoca; lo que sí se ha descubierto es que hay una serie de factores que pueden estar contribuyendo a la aparición de estos sueños:

  • Un sueño insuficiente.
  • Algunos fármacos.
  • El estrés y/o los episodios traumáticos.

Cuando el niño sufre una pesadilla, se puede ayudar haciendo lo siguiente:

– Tranquilizar al niño, recalcando que ha sido sólo una pesadilla. Es importante permanecer calmados, estar con ellos en la habitación y hacerles sentir seguros.

– La mayoría de los niños estarán cansados tras la pesadilla y se volverán a dormir enseguida.

– Los comentarios sobre la pesadilla deben posponerse para el día siguiente.

– Al día siguiente se puede animar al niño a que dibuje la pesadilla y piense un final agradable.

2.3 Otras

– Bruxismo: Consiste en que el niño aprieta los dientes (sujeta fuertemente los dientes superiores e inferiores) o los hace rechinar (deslizar o frotar los dientes de atrás hacia adelante uno sobre el otro) durante el sueño sin ser conscientes de ello.

Puede suceder tanto durante el día como durante la noche, aunque el bruxismo relacionado con el sueño a menudo es el mayor problema, ya que es más difícil de controlar.

– Enuresis: Micción involuntaria recurrente durante el sueño que persiste más allá de una edad en que hay madurez para controlarlo (5 años), en ausencia de otro trastorno urológico, médico o mental que lo justifique.

– Mioclonias neonatales benignas: Contracciones sincrónicas de las extremidades o del tronco que ocurren durante el sueño tranquilo en neonatos.

MEDIDAS DE HIGIENE DEL SUEÑO

  • Levantarse y acostarse todos los días, aproximadamente a la misma hora. Con una ligera variación de no más de una hora entre los días de colegio y los que no lo hay.
  • En los niños hay que adaptar las siestas a su edad y necesidades de desarrollo.
  • Establecer una rutina presueño (20-30 minutos antes) constante.
  • Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura, ventilación, ruidos, luz).
  • Evitar comidas copiosas antes de acostarse.
  • Evitar actividades estresantes en las horas previas de acostarse.
  • Evitar la utilización de aparatos electrónicos (televisión, ordenadores, móviles) dentro del dormitorio.
  • Realizar ejercicio físico diariamente aunque nunca inmediatamente antes de acostarse.
  • Pasar algún tiempo al aire libre todos los días.
  • No consumir antes de acostarse ciertas sustancias que tienen efectos negativos en el mantenimiento del sueño (chocolate, refrescos de cola…).
  • Evitar asociación de la cama con situación de castigo.

FACTORES QUE PUEDEN DESENCADENAR EPISODIOS DE SONAMBULISMO O TERRORES DEL SUEÑO

  • Sueño insuficiente.
  • Horarios de sueño irregulares.
  • Otros trastornos del sueño, como el síndrome de apnea/ hipopnea.
  • Fiebre u otra enfermedad.
  • Algunos fármacos.
  • Dormir con la vejiga llena.
  • Estrés.

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